Policía y Guardia Civil se han reunido con los responsables de más de 200 empresas
Primero fue la Policía Nacional. Apenas 24 horas después, la Guardia Civil. Ambos cuerpos mantuvieron una intensa jornada de trabajo con las empresas de seguridad privada. Y cuál era el objetivo: lograr su implicación en la lucha contra el terrorismo islamista.
Es la primera vez que se producen estos encuentros. Es la primera vez
que la seguridad pública busca la colaboración activa de la seguridad
privada en el ámbito del terrorismo internacional. Porque, como
explicaron los mandos de estos cuerpos a los responsables de las
empresas, aunque la preparación de España para hacer frente a este fenómeno es muy potente, todo es poco.
El nuevo enemigo es, «demasiadas veces invisible», alertan las Fuerzas de Seguridad.
No en vano, tras los atentados en París, el nivel de preocupación en Europa en
general y en España en particular ha aumentado. De hecho, las
autoridades responsables de la seguridad del Estado decidieron entonces
elevar el nivel de alarma, un nivel que se encuentra por encima del que
sería el umbral de la tranquilidad.
Por este motivo, el pasado
miércoles, especialistas de la Policía Nacional se reunieron en el complejo de Canillas (Madrid)
con más de dos centenares de representantes de empresas de seguridad
privada. Al día siguiente, el encuentro se repitió en la sede de la Dirección General de la Guardia Civil, en la calle Guzmán el Bueno, para un auditorio parecido.
En ambos casos, el objetivo era doble. Muchas de las empresas de
seguridad allí reunidas tienen importantes intereses fuera de España.
¿Prioridad de la Policía y la Guardia Civil?: recabar todo tipo de datos
que estas empresas puedan obtener en territorios de máxima
sensibilidad.
Hablamos de empresas con asentamientos en países del Magreb
o limítrofes. Los responsables policiales quieren tener cauces de
comunicación directa con estas empresas, quieren conocer, casi en tiempo
real, cualquier dato que obtengan en esas zonas «calientes» del planeta
y que puedan ser interpretadas en clave de seguridad nacional.
Saben que esas zonas son las de influencia máxima del autodenominado Estado Islámico y de las tramas aún vivas de Al Qaeda.
Y saben que esas empresas, con potentes inversiones en las zonas,
disponen no sólo de sofisticados y completos despliegues de seguridad,
sino que también mantienen buenas relaciones con los gobiernos de las
zonas afectadas.
Así que consideran que sus aportaciones pueden dar luz
en determinados momentos sobre la incidencia terrorista en esa zona y su
eco en Europa.
Este tipo de encuentros no se habían puesto en marcha
jamás. La cooperación entre el sector público y el sector privado se
limitaba básicamente a la delincuencia común. La relación es claramente
de subordinación, que la seguridad privada está obligada a participar a
las autoridades de la seguridad del Estado. Pero en el plano del
terrorismo, la colaboración no se contemplaba hasta ahora.
Este salto, calificado de «muy importante» por los empresarios del
sector, supone un cambio de tendencia importante en cuanto a la
colaboración policial en materia de seguridad entre ambas esferas. Lo
que reclama Interior es básicamente información. Ampliar la plantilla de fuentes, de cauces por las que lleguen datos de las zonas calientes.
Un 'ejército' privado de más de 300.000 efectivos
Es un sector en plena pujanza. Sin él sería ya difícil, más bien imposible, entender completamente la seguridad ciudadana. Porque ha copado la seguridad de instalaciones públicas casi por completo. Su última conquista, la seguridad perimetral en los centros penitenciarios. Estas empresas de seguridad privada han alcanzado niveles de eficacia elevados. Incluso, el sector de los detectives privados ha alcanzado cuotas de mercado enormes ante el alto grado de formación de sus integrantes. Son ya más de 300.000 los hombres y mujeres que forman parte de estas estructuras. La parte más importante para el Ministerio del Interior, la figura de los «directores de seguridad». Ya son casi 11.000 en toda España. Esta figura es la que potencia la coordinación.
Prevención de atentados
Pero estas jornadas tienen una segunda clave mucho más interna: la
colaboración de todo el sector privado en actuaciones contra el
terrorismo islamista en España. El «ejército» privado es más numerosos
incluso que la suma de policías y guardias civiles, más de 300.000
miembros en seguridad privada.
Interior considera que su preparación, su ubicación (en sedes
estratégicas en muchos casos) y sus «ojos» pueden y deben ser claves
también en la prevención de acciones terroristas.
La seguridad de
edificios emblemáticos, de instalaciones públicas, de grandes centros
comerciales o, incluso, de instalaciones estratégicos de
telecomunicaciones o de transporte, están en manos de la seguridad
privada. El control sobre ellas (sobre todo el tecnológico) está en
poder de estas empresas. Y la cantidad de información que está en su
poder es enorme.
Los planes básicos de colaboración habitual están
perfectamente establecidos y funcionan de forma casi automática desde
hace años. Pero esa colaboración no se había extendido hasta ahora hacia
el terrorismo. Y menos, hacia el terrorismo islamista.
El Estado quiere los «ojos» de los privados, tanto de sus agentes
como de su tecnología.
Entiende que existe un flujo importante de datos y
que hay que tenerlos en cuenta. Durante las jornadas celebradas esta
semana, se busca crear un ambiente de coordinación en el tema más
sensible. Las Fuerzas de Seguridad, sus especialistas,
aportaron algunos datos operativos a las empresas de seguridad, les
explicaron algunos funcionamientos de unidades especiales ante posibles
atentados terroristas.
Fuente: El mundo.es
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2 comentarios:
Nadie se acordara de nosotros, cuando hallamos muerto.
Ganando 700 euros y encima quieren que nos encarguemos de lo peor cuando siempre nos dan las espalda
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