El Gobierno de Madrid prevé sustituir empresas de seguridad por los agentes con más antigüedad
La Concejalía de Salud, Seguridad y Emergencia del Ayuntamiento de Madrid ultima un proyecto para destinar a un millar de policías a vigilar los edificios municipales. De este modo, pretende dar una salida profesional a los integrantes más veteranos del cuerpo y, al mismo tiempo, acabar de forma paulatina con los contratos de las empresas de seguridad que hacen hasta ahora esa función.
La presencia de los agentes en esos inmuebles se producirá
gradualmente. “Tenemos más de 2.000 policías de más de 55 años que
pueden cubrir perfectamente estos puestos”, señala una fuente municipal.
Los mandos de la policía ven “inviable” la propuesta y temen que
termine repercutiendo en la plantilla que presta servicio en la calle.
La llegada de Alberto Ruiz-Gallardón al sillón de alcalde, en 2003,
acabó con una práctica tradicional de la Policía Municipal de Madrid
Los edificios municipales estaban vigilados por agentes, lo que detraía
gran cantidad de efectivos que podían estar prestando servicio en la
calle. El entonces regidor decidió privatizar la seguridad de los
inmuebles y sacar a los funcionarios a patrullar. Su razonamiento se
basaba en que lo que cuesta un vigilante de seguridad es bastante menos
que lo que se paga a un agente.
El actual equipo de Seguridad, con su concejal —José Javier Barbero— a
la cabeza, ha ideado volver a darle la vuelta a la situación
Su
intención es que los policías municipales más veteranos vayan
desplazando a las empresas de seguridad conforme terminen los contratos
de estas. En caso de existir alguno especialmente gravoso para las arcas
municipales, se denunciaría de inmediato para que el puesto de
vigilantes lo cubrieran los funcionarios.
Un asesor del director general de la Policía Municipal, Andrés
Serrano, asegura que ya disponen de un listado de 1.000 agentes que no
están en puestos operativos (no patrullan o hacen labores de vigilancia)
y que se podrían destinar a estas labores. “Se les puede redistribuir
perfectamente para cubrir esas necesidades y de esa forma rebajar el
presupuesto de empresas privadas que pagan los ciudadanos de Madrid”,
mantiene el asesor.
Serrano recuerda que la Ley de Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad del Estado les obliga a ejercer esta vigilancia de edificios y
pone como ejemplo los puestos adaptados que tiene la Guardia Civil en
los inmuebles de la Comunidad de Madrid.
Los agentes que prestarán este servicio se encuentran ahora en
distintos puntos, como enlaces entre las diversas unidades, en puestos
de vigilancia interna o en los puestos de la emisora. “No son operativos
y se van a redistribuir para afrontar este nuevo proyecto. Además,
muchos de los puestos que cubren ahora están duplicados, por lo que se
puede conseguir”, mantiene el asesor.
El servicio se prestaría, sobre todo, en horario de mañana y tarde.
Por las noches se conectarán alarmas con las dependencias de la unidad
de cada distrito. Conforme pasaran los meses, el servicio se ampliaría a
más edificios.
“Tenemos más de 2.000 agentes de más de 55 años que
pueden cubrir perfectamente estos puestos”, concluye el asesor. El
servicio se prestaría de uniforme y con pistola.
Los mandos policiales consultados por EL PAÍS consideran
“absolutamente inviable” en estos momentos la puesta en marcha de ese
servicio, aunque se reduzca a la mañana y la tarde
Recuerdan que para
cubrir un puesto en estos horarios se necesitan al menos tres o cuatro
personas, ya que se producen bajas por enfermedad, días libres por
asuntos propios y es necesario cubrir las vacaciones.
Los mandos también niegan que existan puestos duplicados en los
actuales destinos de los policías llamados a cubrir los nuevos destinos.
“Puede haber determinadas unidades que sí tengan algún puesto
duplicado, pero la gran mayoría de ellos están vacantes porque no hay
suficiente personal para cubrirlos”, asegura un mando. “Las cuentas, hoy
por hoy, no salen”, resume, categórico.
Servicio ordinario
Lo que más temen en la cúpula policial es que el servicio diario se
resienta cuando agentes operativos tengan que cubrir las vacantes de los
que estén de baja o de permiso. “Si hay seguridad privada, la empresa
nos tiene que cubrir la vacante sea como sea. El puesto en el edificio
no se puede quedar vacío. En nuestro caso, puede suponer que algún
policía tenga que dejar su servicio para vigilar un edificio”, aseguran
varios mandos con años de experiencia. Tampoco ven lógica la instalación
de alarmas o sistemas de vigilancia electrónicos, que consideran una
protección escasa para el material sensible que se guarda en los
edificios municipales.
Otro problema añadido es que los agentes puedan jubilarse
anticipadamente, a los 60 años, como ha pedido el colectivo al Gobierno
central. Eso reduciría gran parte de los efectivos y podría causar
graves problemas hasta que se reestructurase el servicio. “Si eso
ocurriera, estaríamos en otro escenario y habría que ver qué soluciones
adoptábamos”, señala el asesor del director.
División entre los sindicatos
Sin embargo, la Asociación de Policía Municipal Unificada (AMPU) niega los beneficios de esta medida y cree que no hay tantos agentes para cubrir esos puestos: “Esas cifras, hoy por hoy, no son viables. En la actualidad no hay 1.000 agentes que no estén operativos. Unos están en la emisora o en oficinas o en la vigilancia de nuestras propias dependencias”.
Además, recuerda que parte de esos agentes no llevan arma, por lo que no serían muy eficaces a la hora de proteger un inmueble. “En el momento en que haya que recurrir a policías operativos, habrá menos gente disponible para estar en la calle”, concluye Carlos Bahón, de AMPU.
Fuente: El Pais.com
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