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07 noviembre, 2009

LA REFORMA PRACTICADA PARA ENVIAR VIGILANTES CONTRA LA PIRATERIA ES UNA CHAPUZA

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¿SEGURIDAD PRIVADA EN AGUAS INTERNACIONALES?............."DAVID CONTRA GOLIAT"

El BOE núm. 263 de fecha 31 de octubre, del presente año, publica el RD.1628 por el que se modifican determinados artículos del Reglamento de Seguridad Privada y del Reglamento de Armas.

En esencia se trata simple y llanamente de posibilitar que los vigilantes de seguridad privada que presten servicio en buques de pesca puedan portar y usar armas de guerra.

Armamento de guerra en buques de pesca y, manejado por personal civil ¿?
¿Volvemos a la Edad Media en la que los señores feudales poseían su propio ejército? ¿La defensa nacional en manos de empresas privadas de seguridad?.
En el orden práctico, la medida tomada por el Gobierno para luchar contra la piratería que sufren nuestros barcos de pesca en alta mar, me parecen irrisorias.

En el orden jurídico me parecen un desatino.
De acuerdo con nuestra legislación vigente, corresponde a las FFAA, compuestas por el ejército de tierra, la armada y el ejército del aire garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.

A las fuerzas y cuerpos de seguridad la misión de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana.

La defensa de esos derechos y libertades la ejercerá el CNP en las capitales de provincia y en los términos municipales y núcleos urbanos que el gobierno determine y a la Guardia Civil, en el resto del territorio nacional y su mar territorial.


La Ley de Seguridad Privada –que no ha sido modificada– establece que la defensa de la seguridad no puede ser ocasión de agresiones, coacciones, desconocimiento de derechos o invasión de las esferas jurídicas y patrimoniales de otras personas, lo que por sí mismo justifica la intensa intervención en la organización y desarrollo de las actividades de las empresas privadas de seguridad por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

La seguridad privada es la que es y, desde luego si queremos hacer uso de la seguridad privada para defender los buques de pescas españoles, –medida que no comparto– no es suficiente con modificar el armamento reglamentario de los vigilantes.

Hay que dotarle de competencias y sobre todo, protegerles jurídicamente ante la barbarie de los piratas somalíes o de cualquier otro país. Habría que haber comenzado la reforma por los cimientos y no por el tejado.

Una medida de esa índole requería haber modificado la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana,
pero, sobre todo, haber aprovechado la ocasión y haber modificado una Ley de Seguridad Privada rácana en proteger al personal de seguridad privada y generosa, muy generosa, para con los amigo de lo ajeno.

Por más que a los vigilantes de seguridad se les dote de armamento militar, lo cual no deja de ser un dislate, el empleo de este personal en la defensa de los buques de pesca contra la piratería internacional es como mandar soldados a una guerra y su mejor armamento sea un "tirachina" y, por toda munición, una docena de canicas.


Por otro lado, la Convención del Derecho del Mar establece que sólo los buques de guerra o las aeronaves militares o aeronaves que lleven signos claros de que están al servicio de un gobierno y estén autorizados a tal fin pueden llevar a cabo apresamientos por causa de piratería.

Que la seguridad de un buque de pesca con bandera española esté a cargo de una empresa de seguridad privada, si no fuera un problema tan serio sería como para tomárselo a risa.

A partir de ahora entre el avituallamiento de un buque de pesca habrá que incluir el armamento de guerra y, por supuesto la munición.

¿Cuánta munición? ¿Con qué criterios fijaremos una dotación adecuada? ¿Con el del tiempo de permanencia? ¿Con el de número de ataques previsibles? ¿De qué sirve el armamento sin munición? Si cada vez que se produzca un ataque a nuestros barcos, ha de acudir en su rescate las FFAA o la Guardia Civil, tal y como es preceptivo, ¿Es esta la mejor solución al problema?.

Los buques españoles protegidos por personal de seguridad privada –vigilantes o guardas, esa es otra– van a servir de blanco para la práctica de tiro de los piratas de alta mar. Podremos repeler los disparos, pero, no podremos detener ni apresar a sus causantes.

Provocarán a los vigilantes para que disparen y cuando hayan consumido la munición –ellos sí sabrán cual será la munición reglamentaria– asaltarán el barco y sanseacabó.

Un vez más, hemos cambiado algo para que todo siga igual.

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